En la conducción entran en juego muchos elementos como lo son el conductor, la carretera, el vehículo, etc… Un error o defecto de cualquiera de ellos puede provocar un accidente de tráfico. Sin embargo, tras varias investigaciones y estudios, es evidente que existen ciertos comportamientos y causas comunes que comenten la mayoría de conductores y que a su vez provocan dichos accidentes.
A continuación mencionamos 3 causas principales:
DISTRACCIONES AL VOLANTE
Las distracciones al volante son la primera causa de siniestralidad en accidentes de tráfico. Las fuentes principales de estos despistes son los ocupantes del vehículo y las preocupaciones de la persona que va al volante. Existen algunas acciones que son consideradas peligrosas y que también son causantes de los despistes como son hablar por teléfono o manipular el GPS. Acciones tan habituales como hablar con el copiloto o manipular la radio, hacen perder unos segundos a la persona que está a los mandos del vehículo y pueden derivar en la pérdida de control o incluso en colisión. También viajar con niños puede ocasionar despiestes, cuando se mira por el retrosivor o las personas se vuelven para atenderlos.
EXCESO DE VELOCIDAD
La velocidad está en segundo lugar en el ranking de factores que engloban los accidentes de tráfico. No sólo se producen accidentes cuando es excesiva, sino también cuando es inadecuada y no se ajusta a las condiciones de la vía. La velocidad, cuando es inadecuada, reduce el tiempo de reacción del conductor, dificulta el control del vehículo y la rectificación de su trayectoria. La velocidad también es culpable de que haya víctimas mortales en los siniestros ya que uno de cada cuatro fallecidos en accidentes de tráfico lo fue debido a una velocidad inadecuada.
ALCOHOL AL VOLANTE
El consumo de alcohol u otras sustancias antes de la conducción, produce pérdida de reflejos y hace que la persona al volante del vehículo, tenga una percepción errónea de las distancias, la velocidad y demás factores que se deben tener en cuenta a la hora de la conducción. Además, este también puede producir somnolencia haciendo que el conductor pueda llegar a quedarse dormido, lo cual no es sólo un peligro para el, sino también para el resto de conductores.
También se deben tener en cuenta las lesiones por accidentes de tráfico, de las que hemos hablado anteriormente y pueden ir desde lesiones de carácter leve, a lesiones graves e incluso la muerte.
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