Cuando una persona fallece y existe una herencia se abre la posibilidad de que los bienes y derechos de la persona fallecida pasen a sus herederos. Esto no sucede de forma automática, para ellos es necesario la aceptación de la herencia y repartición de la misma. La repartición se debe llevar a cabo tal y como se haya dispuesto en el testamento, o en caso de que no lo hubiese, según el orden establecido por ley.
Pero no todas las herencias son buenas, es decir, algunas llevan cargas consigo y en caso de ser aceptadas también pasarían a ser cargas de los herederos, haciendo a estos responsables de las mismas.
RENUNCIAR A UNA HERENCIA POR TENER DEUDAS
Cuando se acepta una herencia se hace con todas sus consecuencias, con todo lo bueno y malo que ello pueda implicar. Por ejemplo en el caso de que el fallecido tengas deudas, también se heredarían. Si el valor de las deudas es superior al de los bienes, se podría plantear la opción de renunciar para evitar que las deudas pasen a nombre de los herederos.
Una opción para que podamos aceptar la herencia sin tener que hacernos cargo de las deudas, es aceptar la herencia a beneficio de inventario. En este caso, primero se pagan todas las deudas de la persona fallecida con sus bienes y lo que quede, se reparte entre los herederos.
RENUNCIAR A UNA HERENCIA POR NO PODER PAGAR EL IMPUESTO DE SUCESIONES
Las personas que sean herederas tendrán que liquidar ante la Consejería de Hacienda de la Comunidad Autónoma donde vivía la persona fallecida, el impuesto de sucesiones para poder acceder a los bienes de la herencia.
El impuesto de sucesiones depende de cada Comunidad Autónoma, en algunas de ellas puede llegar a ser muy costoso. Es por ello que muchas personas renuncian a aceptar la herencia ya que no pueden hacer frente a este pago.
RENUNCIAR A UNA HERENCIA PORQUE EL HEREDERO TIENE DEUDAS
Cuando una persona acepta una herencia,l os bienes de la persona fallecida pasan a formar parte del patrimonio del heredero. Si este tiene deudas, sus acreedores pueden embargar dichos bienes para cobrarse la deuda, por lo que mucha gente renuncia a la herencia para que esta pase a alguien que esté libre de deudas.
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