En esta nueva entrada, queremos explicar con mayor detalle sobre uno de los derechos mas mencionados cuando se habla de una herencia, el derecho a la legítima. Este derecho establece la porción de la herencia que está reservada para los herederos forzosos, como lo son los hijos y el cónyuge.
El derecho a la legítima garantiza que los herederos forzosos reciban una parte de la herencia que no puede ser privada por testamento, es decir que debe ser respetada incluso por este. La legítima varía según el grado de parentesco con el fallecido. Por ejemplo, los hijos tienen derecho a dos tercios de su legítima, mientras que el cónyuge tiene derecho a un tercio si concurre con hijos, y a la mitad si no concurre con descendientes o ascendientes.
Es importante destacar que, si bien el testador puede disponer libremente de la tercera parte de su herencia, conocida como tercio de libre disposición, no puede privar a los herederos forzosos de su legítima. Si esto ocurriera, los herederos forzosos pueden ejercer acciones legales para reclamar su derecho.
Además, cabe mencionar que el derecho a la legítima no se limita a los bienes y derechos presentes en la herencia al momento del fallecimiento. También incluye los bienes y derechos que el fallecido hubiera podido enajenar o donar durante su vida, siempre y cuando se demuestre que la donación o enajenación tenía como objetivo perjudicar a los herederos forzosos.
El derecho a la legítima es un mecanismo legal importante en una sucesión, ya que protege los intereses de los herederos forzosos, asegurando que reciban una porción justa de la herencia. Si te encuentras en una situación de sucesión o deseas planificar tu patrimonio, es fundamental buscar el asesoramiento de un bufete de abogados especializado en derecho sucesorio para garantizar que se respeten y protejan los derechos de todos los herederos involucrados.
En Estudio Jurídico Bretón contamos con un equipo de profesionales dispuestos a asesorarte, no dudes en contactarnos si quieres conocer más sobre este derecho y otros aspectos fundamentales a tener en cuenta en una sucesión.