La declaración de la renta o IRF, siglas que corresponden al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, es un impuesto que deben pagar todos los ciudadanos a la Agencia Tributaria en relación a los ingresos obtenidos durante un año.
Esta suma de estos ingresos puede proceder por cuenta ajena (asalariados de una empresa), o por cuenta propia (trabajadores autónomos o dueños de empresa). También pueden venir de plusvalías que tengan relación con el patrimonio, por ejemplo por la venta de una vivienda, de prestaciones públicas (paro o pensión de jubilación) o por rentas del capital…
QUIÉN ESTÁ OBLIGADO A REALIZAR LA DECLARACIÓN DE LA RENTA
Todas las personas, en principio, están obligadas a declarar pero existen algunas excepciones que pueden eximir de tener que tributar a Hacienda. Esta excepción depende de los ingresos, las deducciones y la procedencia de las mismas. Por norma general, aquellos contribuyentes que hayan percibido rentas inferiores a la cantidad de 22.000€ anuales de un solo pagador, estarán exentos de tributar. Estos contribuyentes podrán realizar la declaración que lo deseen, pero no están obligados a ello.
Para esta regla de exención de tributación, también existen algunas excepciones, y son para aquellos trabajadores con mas de un pagador. En este caso las sumas de las cantidades por el segundo y por el siguiente no pueden superar los 1500€. Si esta cifra se supera, los ingreso totales por el rendimiento del trabajo, tendrán que ser inferiores a la cantidad de 11.200€.
Hacienda también tiene en cuenta el dinero que se use para realizar inversiones ya que se consideran rendimientos de capital inmobiliario y ganancias patrimoniales. En estas últimas también se incluyen los premios que se obtengan a través de concursos, juegos online, poker o reembolso de fondos de inversión. Si la persona que debe realizar la declaración de la renta es un trabajador autónomo, estará obligado a presentarla si los ingresos por su actividad económica superan los 1.000€.
DECLARACIÓN DE LA RENTA: ERRORES MAS COMUNES EN EL BORRADOR
1. Tributación de la vivienda: el error en este caso puede darse en el cálculo de la deducción de una vivienda adquirida antes de 2006, aunque es frecuente no aplicar las desgravaciones de vivienda habitual si la entidad financiera que concede el préstamo no es conocedor de que es para una residencia de carácter habitual o primera vivienda.
2. Matrimonios y separaciones: estos dos supuestos están sujetos a importantes deducciones en la declaración de la renta, como por ejemplo, aquella que se puede obtener por el importe de las pensiones compensatorias al ex cónyuge así como la pensión de manutención a los hijos comunes o por el pago de la vivienda de carácter habitual del ex cónyuge.
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