Existen innumerables fincas, sobre todo en el medio rural, que no están inscritas en el Registro de la Propiedad, y es a través de la inmatriculación como una finca accede al Registro de la Propiedad dando comienzo así, a su historia y proveyéndola de un dueño.
Desde la primera Ley Hipotecaria de 1861, uno de los principales objetivos de los registradores era conseguir que todos los inmuebles y derechos reales estuvieran inscritos. Además, buscaba claridad en el registro, es decir, que las fincas registradas lo estuvieran con lo que físicamente existía en ellas.
Actualmente la inmatriculación se puede realizar mediante tres procedimientos diferentes:
- A través del expediente de dominio
- A través de la presentación del título de su compra/adquisición
- A través del certificado al que se refiere el art. 206 solo en casos que en él se explican
En este post nos vamos a centrar en el expediente de dominio. La Ley Hipotecaria define el expediente de dominio como un procedimiento judicial que certifica la adquisición del dominio de la finca por el promovente del expediente para así generar un título válido que sirva para la inmatriculación. También es utilizado para recomenzar el tracto registral de una finca que quedó interrumpido o para registrar su exceso de cabida.
Si lo que quiere es registrar una finca o inmueble, desde nuestro despacho de abogados en Madrid le damos soporte sobre todos los requerimientos necesarios para realizar el trámite. En Estudio Jurídico Bretón tratamos cada caso según la naturaleza de las fincas y la situación en la que se encuentren los dueños. Existen varias modalidades de inscripción, como la que señala la vía del art. 204 LH nuevo por la Ley 13/2015, que da las opciones de inmatriculación en el supuesto de que se den diferentes casos en la historia de las fincas (Fincas de reemplazo, fincas que hubieran sido objeto de expropiación forzosa, fincas de titularidad pública…etc.).